No todo el mundo quiere ayuda.
Pero hay quien sí necesita hablar.
Esta sala tiene tres sillas.
Y al fondo, una puerta.
Puedes sentarte, o entrar.
No todo el mundo quiere ir a terapia.
Ni empezar un proceso.
Ni pagar por una sesión de una hora con alguien que no conoce.
Pero hay momentos en los que uno ya no quiere seguir igual.
Y no sabe con quién hablar.
O no quiere hacerlo como se supone que se hace.
En esta sala hay tres sillas
para personas que no buscan ayuda tradicional,
pero sí otro tipo de conversación.
Algo que no esté envuelto en técnica ni promesas.
Algo más humano.
Más real.
No son artículos.
No hay consejos.
No hay fórmulas.
Solo tres formas distintas de sentarse
a observar algo sin saber del todo qué es.
1. No quiero terapia, pero necesito hablar con alguien
Una reflexión para quien no quiere psicólogo, ni coach, ni proceso.
Pero sabe que necesita hablar.
→ Leer
2. Hablar sin psicólogo, sin proceso, sin nombre
Un recorrido sin fórmulas por otras maneras de buscar claridad
sin tener que pasar por diagnóstico ni estructura.
→ Leer
3. No me gusta el coaching, pero no quiero seguir en silencio
Palabras para quienes han probado demasiado,
y ahora solo quieren una conversación de verdad.
→ Leer
Puedes observar desde una solo, o desde las tres.
No llevan a ningún curso.
No ofrecen sesiones.
Pero puede que te hagan sentarte y parar un momento.
Y eso, a veces, ya es bastante.
Algo más allá de las sillas
Ni terapia, ni coaching, ni acompañamiento.
Ni palabras.
Ni artículos.
Solo un espacio donde poder estar sin tener que explicarse.
Para eso, hay algo más allá de estas tres sillas.
No es un texto.
No es un servicio.
Es otra cosa.