Caminos Posibles no soluciona.
Arde.
No busca seguidores. No promete bienestar. No endulza lo que duele.
Arde por quienes ya no pueden fingir.
Por quienes sospechan que hay otra manera.
Por quienes no quieren respuestas, sino decisiones.
Por quienes intuyen que el sentido no se compra, se elige.
Y a veces se pierde, para poder encontrarlo.
Aquí mejorar no vale nada si es a costa de mentirte.
Aquí crecer no es un deber.
Aquí la claridad no es un requisito.
Se honra lo que resiste.
Lo que no se arregla.
Lo que no encaja aunque te esfuerces.
No vengo a enseñarte nada.
Ni a inspirarte.
Ni a darte respuestas con forma de producto descargable.
Caminos Posibles no es un espacio de crecimiento personal.
Es un lugar para los que ya no pueden seguir fingiendo.
No prometo paz.
Prometo insuflar ánimo para el movimiento.
Aquí no se celebra el éxito.
Se respeta la lucidez de parar.
El valor de decir “basta”.
La decisión de desviarse aunque nadie lo entienda.
Si buscas calma sin verdad, te vas a aburrir aquí.
Si buscas un spa emocional, hay miles.
Aquí hay piedras.
Y fuego.
No hay fórmulas.
Hay grietas.
Hay límites.
Hay verdad.
Y si estás dispuesto a dejar de fingir que sabes a dónde vas…
solo entonces,
esto puede empezar a ser un lugar para ti.
“La vida es un arder, y el que no arde no vive.”
— José Luis Sampedro