o ya no esté,
o ya no me queme igual,
o ya no quiera sostener esto como antes.
Si has llegado hasta aquí
y todo lo demás está quieto,
deshabitado,
cerrado,
entonces este es el único fuego que queda encendido.
Este espacio —Caminos Posibles—
lo construí solo.
Con las manos llenas de duda
y el pecho lleno de ilusión.
No es un método.
No es una escuela.
No es una promesa.
Fue, simplemente,
la forma más honesta que encontré para trasladar mi forma de entender la vida a mi trabajo.
Durante un tiempo, fue verdad.
Tan verdad como el temblor del corazón
antes de tomar una decisión que lo cambia todo.
Y si hoy esto ya no arde,
no es porque fallara.
Es porque ya cumplió su función.
El fuego no se mantiene encendido por nostalgia.
Se enciende o se apaga.
Y cuando ya no quema,
lo único digno es dejarlo morir con respeto.
Si esto que ves te toca,
aunque ya no haya sesiones,
ni respuestas,
ni nuevos pasos disponibles…
entonces ha funcionado.
Porque no se creó para durar.
Se creó para encender algo en ti.
Y si ese algo ahora empieza a arder,
aunque sea sin mí,
entonces esto aún vive.
Gracias por haber llegado tan lejos.
Si todo lo demás se ha apagado,
este texto es la única ceniza consciente que decidí dejar.
No para que se mantenga.
Sino para que sepas que hubo fuego.
Y que mereció arder.
Por Eugenio Pardo 15 abril, 2025