Este espacio debería hablarte de mis servicios.
De cómo trabajo.
De qué hacemos en sesión.
De qué podrías esperar si pides una cita.

Pero no puedo hacerlo.

Porque lo que había aquí no ardía.
Y si no arde, no puede quedarse.

No quiero ofrecer algo tibio.
No quiero mostrar una estructura que no nace de verdad.
Y no voy a vestir de fuego lo que nunca lo ha tenido.

Por eso he retirado los servicios.
No están escondidos.
No están pendientes de revisión.

Están fuera.
Hasta que el fuego sea real.
O hasta que entienda que no tienen que estar.

Mientras tanto, este espacio queda en pausa activa.
Una pausa que no es espera.
Es decisión.

Porque dar el paso no es entrar en una agenda y reservar una cita.
Es cruzar un umbral interno.
Es saber que no puedes seguir igual, aunque no sepas aún hacia dónde.

Y cuando lo que ofrezco esté a la altura de ese umbral,
lo diré.
Con fuego.
Sin rodeos.

Hasta entonces, este lugar arde en silencio.

Y tú puedes seguir caminando.