No es que tengas la autoestima baja.
Es que has aprendido a parecer entero.
A funcionar.
A no molestar.
A ir tirando.

Y un día, sin drama, todo empieza a sonar hueco por dentro.
No es depresión.
No es crisis.
Es otra cosa. Más sutil. Más honda. Más incómoda de mirar.

Aquí no vas a encontrar consejos ni frases motivadoras.
Solo una forma distinta de nombrar eso que ya no se sostiene.
Y si estás en ese punto, quizá te sirva recorrer esto:

Una clasificación clásica… desmontada desde dentro.
No para etiquetarte, sino para dejar de ocultarte.

No es que no te esfuerces.
Es que sigues intentando reparar algo que nunca fue tuyo.

Cinco frases.
Sin nota.
Solo una grieta.
Y una elección: fingir que no pasa nada, o cruzarla.

Solo si ya no puedes más.
No son recursos.
Son gestos reales.

La herida no siempre viene de dentro.
A veces el otro —sin querer— te hace más pequeño.

No es solo dolor.
Es la sensación de que todo lo valioso se te ha ido con el otro.

🔻 Cuando ya no necesitas entender más…

Si has recorrido esto y sientes que lo que falla no es tu autoestima, sino tu forma de vivir,
entonces deja de buscar respuestas.

Cruza una grieta real →
La voz que tiembla

Una trenza gratuita en cinco piezas.
No explica. No guía. No promete.
Solo te enfrenta.

Y si después de eso algo dentro se rompe…
puedes entrar aquí:

Y si dejo de sostenerlo todo